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La Universidad de Kansas y la Universidad Estatal de Carolina del Norte han sido implicadas en un escándalo de deporte colegial, después que fiscales de Nueva York decidieron extender el caso que involucra al fabricante alemán de ropa deportiva Adidas. En septiembre, un ejecutivo de Adidas, junto con cuatro asistentes de entrenadores de baloncesto de la Universidad de Arizona, Universidad de Auburn, Universidad de California del Sur y la Universidad Estatal de Oklahoma, fueron arrestados con cargos federales de corrupción relacionados con el pago de incentivos a atletas estrellas.

Universidades élite en los Estados Unidos y el Reino Unido han estado invirtiendo fondos de dotaciones en el extranjero con el objetivo de pagar pocos impuestos o ninguno, de acuerdo a detalles revelados por los tales Papeles del Paraíso. Según la Coalición Free Pitt, manejada por estudiantes, “Estamos preocupados por la falta de transparencia, ya que dos tercios de la dotación son un misterio para nosotros. Desconfiamos del destino de una gran porción de la dotación”. Un profesor emérito de contabilidad de la Universidad de Essex, dijo al diario que las universidades del RU deberían de ser más transparentes con sus inversiones, ya que son instituciones públicas que reciben dinero público, incluyendo de la Unión Europea.

Un ex investigador de la Universidad Tecnológica de Texas, acusado de no gestionar bien las demandas de acoso y de defraudar a la universidad la parte de dinero destinada a proyectos de investigación clínica, fue condenado la semana pasada a dos años de prisión y una multa de 15.000 $.

El profesorado es la llave de paso que determina la primera exposición de los estudiantes a las normas éticas y las tradiciones. Muchos observadores de la cultura académica contemporánea han documentado casos de comportamientos irresponsables y poco éticos entre el profesorado. Entre los ejemplos se citan llegar tarde clase, el uso de lenguaje vulgar en foros académicos, mostrar favoritismo entre los estudiantes, el uso indebido de fondos del campus, el plagio, relaciones sexuales con los estudiantes, el fracaso para desempeñar con eficacia las tareas administrativas y, lo más básico, la falta de voluntad para defender el valor de la verdad en la enseñanza y la investigación.