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Durante años, una fábrica de diplomas de Rumania ha estado vendiendo diplomas falsos por todo el mundo. Cada mes se transfieren 2 millones de dólares a una cuenta bancaria en Chipre. Sin embargo, el pasado 5 de marzo una acción conjunta de las autoridades estadounidenses (FTC) y británicas consiguieron cerrar sus más de doce sitios Web. No obstante, es más que probable que esto no acabe con el negocio ya que sus herramientas principales son correos electrónicos basura por internet y una habilidosa campaña de telemarketing.