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Una investigación de Al-Fanar Media ha descubierto que existen una serie de universidades carroñeras que buscan estudiantes árabes deseosos de estudiar cursos online de forma económica. Las “universidades” intentan seducir a posibles alumnos ofreciéndoles becas que, en realidad, son solo una manera de sacarles el dinero.

El pasado enero 33 jóvenes de Asia Sudoriental se reunieron en Camboya por primera vez en un Campamento Internacional Juvenil para el Empoderamiento de la Juventud en pro de la Transparencia y la Integridad (en inglés Youth Empowerment for Transparency and Integrity - YETI). El objetivo de dicho encuentro era aprender e intercambiar experiencias acerca del impacto negativo de la corrupción en sus países y en toda la región, así como compartir una sesión de brainstorming sobre cómo poder combatir esta plaga juntos. El evento buscaba que los jóvenes participantes tuvieran un mayor sentimiento de pertenencia a la comunidad, inspirarles para que se levantaran en contra de la corrupción y proporcionarles las herramientas necesarias para así poder llevarlo a cabo.

Están lloviendo notas de sobresalientes en el sistema de la educación superior de Estados Unidos, y no necesariamente porque los estudiantes sean particularmente inteligentes. De hecho, muchos de ellos no se merecen las altas calificaciones que están recibiendo. Y todo gracias a que les han inflado las notas. Ese aumento de notas injustificado se está extendiendo rápidamente por instituciones de educación de todo el país. A pesar del estancamiento del rendimiento académico, más estudiantes que nunca reciben notas más altas de las que en realidad les corresponderían.

Muchas de las principales universidades del Reino Unido se niegan a dar explicaciones acerca de cómo se gastan las 9.000 libras esterlinas (unos 13.600 dólares americanos) anuales que cuesta la matrícula de cada estudiante. El influyente comité de expertos del Instituto para la Política de la Educación Superior (Higher Education Policy Institute en inglés), invitó a una amplia gama de instituciones a que explicaran cómo están gastando el dinero, pero la mayoría, incluyendo casi todas las universidades más selectas del país, declinaron dar una respuesta.