Revelaciones aparecidas en la edición rusa de la revista Esquire han producido una cierta agitación entre funcionarios de educación y salud tras detallarse en dicha publicación casos de corrupción en seis escuelas médicas. La revista publicaba en abril nueve artículos breves escritos por estudiantes de medicina en los que describían las distintas maneras en las que podían pagarles a los profesores a cambio de un aprobado en los exámenes.

Amadou Tidiane Bâ, Ministro de Educación Superior, Universidad, Centros Universitarios Regionales e Investigación Científica, ha amenazado con cerrar la Ecole Polytechnique de Thiès si los profesores siguen ignorando la orden gubernamental que les prohíbe enseñar en los cursos de pago durante el día, según una crónica de prensa.

La Universidad de Makerere ha establecido una nueva política por la cual se puede despedir a los profesores por embriaguez, escribe Francis Kagolo para The New Vision. Dicha política, que busca subir el nivel académico, también le exige a los profesores que enseñen un mínimo de 10 horas a la semana y que demuestren que están llevando a cabo algún tipo de investigación académica.

Los kirguises concentran ahora su atención en una nueva prueba estandarizada que los funcionarios afirman que ayudará a erradicar el fraude en las universidades. Los bajos salarios de los profesores y la arraigada práctica de venta de notas convierten al objetivo en un desafío. Muchos estudiantes simplemente compran sus notas. A cambio, los instructores les permiten que pasen sin rendir exámenes o sin completar las tareas.