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Académicos dicen que el uso del dispositivo electrónico es complicado de vigilar en los salones de exámenes llenos de estudiantes. El número de infracciones a los reglamentos de los exámenes ha ido en aumento, de 56 a 83, el año pasado. El año pasado, la Universidad de Trinity registró 42 infracciones, junto con 10 incidentes de copia. Esto ha impulsado a las universidades del RU a introducir una prohibición absoluta de cualquier reloj de pulsera.

Oficiales de universidades han sido acusados de engañar al Parlamento Irlandés acerca de la manera cómo manejan sus asuntos financieros. Altos directivos de universidades, incluyendo la Universidad de Limerick, DIT y la Universidad de Cork se presentaron el jueves, ante el Comité de Cuentas Públicas de Dáil, para responder ante denuncias sobre paquetes de indemnizaciones no autorizados, conflictos de interés y una pobre gobernanza corporativa. En una ocasión, oficiales de la Universidad de Limerick pagaron paquetes de indemnización a 2 empleados debido a un “deterioro de las relaciones laborales”, pero luego fueron re-contratados como consultores.

Quacquarelli Symonds (QS), censuró a la Universidad más antigua y mejor clasificada de Irlanda - Trinity de Dublin, por quebrantar las reglas de su clasificación global, lanzando una campaña, que ellos “claramente prohíben”. En años recientes, Trinity, junto con otras universidades irlandesas bajaron en las clasificaciones. Debido a esto lanzaron una campaña de concientización diseñada a asegurar que su investigación fuera destacada y cerciorarse que participantes claves estén conscientes de próximas encuestas.

Las universidades aumentan el número de medidas a tomar para combatir el fraude académico ya que existen sitios web que se ofrecen a hacerles sus trabajos escritos. La proliferación de servicios online orientados a estudiantes universitarios que se ofrecen a elaborar sus trabajos escritos a cambio de dinero ha provocado que las universidades revisen su política contra el plagio. DCU es una de una serie de instituciones que están cambiando sus métodos de evaluación, conjuntamente con la aparición de un software de detección del “copia-y-pega”, con objeto de combatir la amenaza que supone el fraude académico.

La comisión especial de la cátedra universitaria encargada de reformar los procesos de admisión para el tercer nivel ha admitido que las facultades han estado inflando los puntos con datos falsos al ofrecer cursos con pocos alumnos matriculados.