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El organismo de control de la educación estatal de Rusia ha añadido cuatro universidades más a su lista de instituciones educativas a las que se les prohibirá matricular a nuevos estudiantes a partir de este otoño, según declaraba dicha agencia la semana pasada. La suma de dos universidades de Moscú y otras dos de Dagestan eleva la lista negra de instituciones educativas a 12 en los últimos días.

En algunas universidades, estafadores académicos están obteniendo doctorados; gracias a la distribución de tesis poco fiables, dice el fundador del grupo de presión anti-plagio. La magnitud de fraude doctoral en Rusia puede ser atribuido a la reproducción de disertaciones casi idénticas entre universidades. El grupo anti-plagio Dissernet dice haber identificado 3,500 tesis falsificadas en los pasados dos años.

Uno de cada siete estudiantes rusos admite sin reparos haber copiado en sus exámenes universitarios, y uno de cada 25 estudiantes también admite haber pagado a alguien por hacerle al menos uno de sus trabajos escritos de mitad de trimestre o de final de curso, según el Proyecto de Monitoreo de los Mercados y Organizaciones de Educación (en inglés Monitoring of Education Markets and Organizations Project - Memo) que se realiza cada año, en base a respuestas recibidas de casi 3.000 estudiantes universitarios rusos en 2013.

El Presidente de la Universidad Federal del Lejano Oriente ha sido arrestado por lo que puede llegar a ser uno de los escándalos más grandes de corrupción en la educación superior de Rusia; en los último 25 años. La universidad, situada en la ciudad portuaria de Vkadivostok, emplea a más de 3,000 maestros, matricula a 33,000 estudiantes y tiene 9 campus en la región. Es la universidad emblemática de educación superior en el Lejano Oriente y estaba destinada a convertirse en una universidad de investigación de clase mundial.

En diciembre del 2015, un miembro importante del partido en poder de Rusia, fue acusado de plagiar una gran parte de su disertación de economía. Pero lo más raro del presunto plagio, no fue su falta de defensa, sino que al público ruso pareció no importarle. De hecho, el Presidente del Estado es uno de más de 1,000 altos funcionarios rusos que han sido encontrados culpables de plagio. Los acusados han sido políticos, jueces, fiscales, oficiales de la policía, hasta rectores de universidades.