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Meet in Class es una empresa nueva, que quiere simplificar las clases particulares: cuatro estudiantes comparten el costo de un curso. Según el fundador, en Francia, las clases particulares representan un mercado de 2.5 billones de euros de cursos reconocidos, pero el 80% son pagados bajo la mesa. El precio de los cursos ofrecidos a través de una agencia “clásica” es entre 40 y 50 euros por hora, un precio considerado como muy costoso para los padres de familia.

Un tutor de Singapur admitió haber ayudado a seis estudiantes chinos a hacer trampa en sus exámenes en 2016, en lo que se ha descrito por los fiscales como un plan elaborado. El tutor tomó los exámenes como un candidato privado y envió las preguntas a sus cómplices a través de videollamadas FaceTime, luego ellos llamaron a los estudiantes y les leyeron las respuestas, manifestaron los fiscales. Los estudiantes escondieron celulares y dispositivos con Bluetooth y usaron audífonos durante sus exámenes. El plan fue descubierto después que un examinador escuchó sonidos inusuales provenientes de uno de los estudiantes involucrados, dijeron los fiscales.

Como parte de su esfuerzo por frenar el exceso de clases particulares y los colegios élites privados que preparan a estudiantes para las mejores universidades; el gobierno de Corea del Sur, ha ordenado a casi una docena de universidades a reformar sus exámenes de admisión para alinearlos con el currículo normal de una escuela secundaria. El Ministerio de Educación dijo que examinará el posible castigo a universidades que violen las normas, incluyendo una prohibición parcial de reclutamiento de estudiantes para el año académico del 2019. Mientras tanto, el Consejo Coreano de Educación Universitaria, encontró que el año pasado, más de 1500 ensayos que se presentaron como admisión para la universidad; fueron plagiados.

Importantes académicos de inglés y antiguos examinadores de la certificación de secundaria han advertido, que los planes de hacer dichos exámenes más cortos y que las respuestas tengan un límite de palabras, facilitarán la trampa entre estudiantes y promoverá la industria de la tutoría. Advierten que dicha industria se beneficiaría de la introducción de respuestas más cortas porque los estudiantes pagarían para que les enseñen a “memorizar y después reproducir” respuestas de 600 palabras para sus exámenes.