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El descubrimiento reciente de un titulo de doctor otorgado por un politécnico fue escandaloso y fraudulento, pues ocurría bajo la atenta mirada del personal académico. Sorprendentemente, el gobierno, que debería haberse mostrado más interesado en este fraude académico, parece imperturbable. Si personas con calificaciones académicas y profesionales falsificadas inundan el mercado de trabajo, los resultados son, evidentemente, incompetencia, pérdidas en los negocios y fracaso en el logro de metas u objetivos.

La academia AITES, dedicada a la formación de profesionales a la que han falsificado centenares de diplomas de portero de discoteca, acudió hace unos seis meses ante la Direcció General de Jocs i Espectacles de la Generalitat para comunicar que estaban utilizando el sello de su centro para expedir certificados sin que se realizaran los pertinentes cursos. La policía continúa investigando esta trama, de la que ya se han descubierto al menos 400 carnés que fueron obtenidos de forma fraudulenta.

Un ministro de gobierno de Nueva Gales del Sur ha lanzado un ataque contra el gobierno federal por cómo manejaron el escándalo del sector de formación profesional privada. El sector ha sido plagado de denuncias contra proveedores privados poco fiables que han reclutado miles de decenas de estudiantes ofreciéndoles computadoras portátiles gratis y enfocándose en estudiantes discapacitados y analfabetas, inscribiéndoles por miles de dólares en deudas estudiantiles financiadas por contribuyentes a través del programa de ayuda del gobierno federal de Contribución a la Enseñanza Superior.

A pesar del crecimiento de instituciones académicas en Nigeria, los Gobiernos Federales y Estatales, no han podido cumplir con la creciente demanda de la educación politécnica y universitaria, resultando en la adopción de un sistema de cuotas. Esta práctica estructurada sobre el favoritismo hacia los indígenas de un determinado estado sobre otros, ha llevado a que cometan fraude aquellos solicitantes, a los cuales se les ha negado la admisión. Mientras tanto, las instituciones federales en algunas áreas no han matriculado a suficientes alumnos y otras están sobrepobladas, lo que ha resultado en un uso indebido y excesivo de los recursos.