En los medios de comunicación

La corrupción compromete la calidad y la accesibilidad de los servicios educativos en Uganda. Varias instituciones han denunciado casos de malversación, abuso de poder, sobornos estimados en 39 100 millones de chelines, trabajadores fantasma, ausentismo, 1,5 billones de chelines y malversación por 244 000 millones de chelines. Al apoyar a los denunciantes y proteger sus derechos, y al crear más programas de concienciación que promuevan el empoderamiento de los ciudadanos, se forjan alianzas sólidas en la lucha contra la corrupción.

La proliferación de títulos falsos en Irak plantea una grave amenaza para el sistema educativo del país. Los certificados falsificados socavan el valor de los verdaderos logros académicos y fomentan el fraude y el engaño, lo que erosiona la confianza en las instituciones estatales. Desde 2003, el problema se ha agravado, y hasta el parlamento iraquí ha aprobado leyes que parecen proteger a los falsificadores, como la ley de equivalencia de certificados de 2020. Para contrarrestarlo, el gobierno debe imponer sanciones más estrictas, defender la integridad en el liderazgo y reforzar la supervisión educativa para garantizar la credibilidad de los títulos auténticos.

La corrupción afecta a todos los aspectos de la planificación y la gestión educativa. Esto incluye el financiamiento de las escuelas, la contratación, la promoción y el nombramiento docente, la construcción de edificios escolares, la compra y distribución de equipos y manuales escolares, así como el acceso a la universidad. La corrupción restringe el acceso a la educación en todos los niveles, desde preescolar hasta la universidad. También afecta a la calidad de la enseñanza, siendo los niños de entornos desfavorecidos las principales víctimas.

Las actuales estructuras fragmentadas e irresponsables del Programa Nacional de Ayuda Financiera para Estudiantes (NSFAS) perpetúan la disfunción, la corrupción y la explotación, traicionando la confianza de los estudiantes más vulnerables de Sudáfrica y socavando la integridad de su sistema de enseñanza superior. Durante la pandemia de la COVID-19, se malversaron fondos destinados a poblaciones vulnerables.

La Organización de Estudiantes de Instituciones de Enseñanza Superior de Tanzania (TAHLISO) ha advertido la existencia de agentes educativos fraudulentos que envían estudiantes tanzanos a universidades no acreditadas en el extranjero. El Secretario General de TAHLISO pidió una mayor supervisión por parte de las autoridades educativas. Los informes destacan el caso de un estudiante que perdió 8 millones de chelines tanzanos por este tipo de estafas. Los expertos critican la insuficiente supervisión de estos agentes y piden la colaboración entre el gobierno, las instituciones educativas y los organismos internacionales para proteger a los estudiantes.

Hacer trampa en la escuela no es algo nuevo, pero las nuevas tecnologías lo han hecho más fácil. Los teléfonos móviles permiten a los estudiantes ver sus apuntes, enviar mensajes para pedir respuestas, e incluso utilizar aplicaciones de IA para resolver problemas. Educadores e instituciones desarrollan diversas medidas para combatir las trampas. Pero  ¿son suficientes para salvaguardar la integridad de los exámenes?  

En un análisis realizado conjuntamente por el Comité de Ética de las Publicaciones y la Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos, se descubrió que más de la mitad de los 3 440 artículos presentados en un periodo de dos años eran falsos. Las prácticas de ciencia abierta, como la preinscripción de los planes de estudio y los informes registrados, podrían fomentar la transparencia y la rendición de cuentas. Reconocer la importancia de la revisión por pares y recompensar a los revisores también puede mejorar la integridad académica y disminuir la proliferación de artículos sospechosos.

Un estudiante de último curso de Derecho de la Universidad Bilgi de Estambul se enfrentó a medidas disciplinarias por utilizar presuntamente la IA ChatGPT para hacer trampas en un examen. La batalla legal del estudiante acabó en suspensión, lo que le causó angustia económica y emocional. El caso pone de relieve los problemas que plantea la IA para mantener la integridad académica y la necesidad de políticas más claras.

Para combatir la falsificación de certificados en la enseñanza superior, Libia se unió al Sistema Árabe Unificado de Autenticación de Certificados basado en Blockchain. Esta iniciativa, encabezada por la Organización de la Liga Árabe para la Educación, la Cultura y la Ciencia (ALECSO), ofrece un método fiable para verificar los títulos académicos. Los expertos abogan por sistemas similares en toda África para reforzar las prácticas de contratación y garantizar la credibilidad de las credenciales. Sugieren aprovechar la tecnología blockchain y colaborar con organizaciones internacionales para una implementación generalizada.

Durante una audiencia en el Senado sobre los cambios en la carta magna de Filipinas, los expertos en educación expresaron su preocupación por los posibles riesgos relacionados con la apertura de la enseñanza superior a la propiedad extranjera. Un asesor educativo destacó la reputación del país en cuanto a fábricas de diplomas, advirtiendo que podría atraer a universidades extranjeras de baja calidad en lugar de a instituciones prestigiosas. A pesar de los debates sobre la Resolución de ambas Cámaras (RBH 6), que propone la apertura de la enseñanza superior a la propiedad extranjera, persiste la preocupación por la regulación de las instituciones por debajo de los estándares de calidad y la posible comercialización de la educación.